kittyrosse

miércoles, 16 de junio de 2010

Plegaria de un padre


Dame, oh Señor, un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuándo es débil,
y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo;
un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada,
y humilde y magnánimo en la victoria.
Dame un hijo que nunca doble la espalda cuando debe erguir el pecho;
un hijo que sepa conocerte a Tí... y conocerse a si mismo,
que es la piedra fundamental de todo conocimiento.
Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero,
aguijoneado por las dificultades y los retos.
Allí déjale aprender a sostenerse firme en la tempestad,
y a sentir compasión por lo que fallan.
Dame un hijo cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos;
un hijo que se domine a si mismo antes que pretenda dominar a los demás;
un hijo que aprenda a reir, pero que también sepa llorar;
un hijo que avance hacia el futuro, pero que nunca olvide el pasado:
Y después que le hayas dado todo esto, agrégale, te suplico,
suficiente sentido del buen humor, de modo que pueda ser siempre serio,
pero que no se tome a sí mismo demasiado en serio.
Dale humildad para que pueda recordar siempre,
la sencillez de la verdadera sabiduría, la mansedumbre de la verdadera fuerza.
Entonces, yo, su padre, me atreveré a murmurar:"No he vivido en vano

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